Unos 70 kilómetros aproximadamente, pero no nos importó, ¡bueno! en realidad no lo pensamos y salimos a caminar de Táriba a Cordero con el atardecer sentí que el camino era eterno hasta que dos viejitos con casi 60 años nos pasaron muy enérgicamente mientras paramos en la farmacia a comprar analgésico y adhesivo de microporen para las futuras llagas, bueno gracias a esos dos señores uno de mis compañeros se pico e íbamos hasta el zumbador con un paso de cobrar herencia...
Bueno al llegar al zumbador simplemente descansamos ni fotos me acorde de tomar.... Por ahí a las 3am llegamos al cobre y desde que me gradué la UNET no había visto un piso tan rico y cómodo para dormir como ese día.... Es hermoso poder presenciar el amanecer, creo que es algo extremadamente fantástico, se siente como que el "nuevo sol" transmite toda su energía...
Y ese momento es el mío, es decir, la mañana es mi momento... Y luego de recibir la energía habilitadora del amanecer me llene de muchas ganas y comencé a caminar como si fuera el primer paso de toda la peregrinación...
La afluencia de gente es espectacular, se siente una buena vibra, esperanza, fe y alegría... Y al observar el mar de gente que cree en el Santo Cristo da un especia de escalofrío en el cuerpo
Y bueno después de pasar la emoción te miras al espejo un tanto desgastado pero feliz, no te importan las llagas igual volverías a hacerlo el otro año
Gracias a Dios las de la planta del pie solas se reventaron, la más escandalosa fue esa parece que otro dedo saliera de mi pie, sin embargo me sentía con una satisfacción de haber logrado la meta con una grata compañía que me hicieron reír todo el camino....
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